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JENISBEL ACEVEDO LAS HUELLAS DE UN CAMINO DONDE NO EXISTE EL PRIVILEGIO

Orgullosa de su legado familiar, ha trazado la senda de su vida sin facilismos ni ventajas. Ella tiene en claro que el éxito cuesta y hay que ganárselo a pulso.

Por: Salvatore Laudicina
Fotos: Arena Picture Studio @arenapicture

A medida que la entrevista transcurre, el diálogo se convierte en una fascinante pelea boxística donde las respuestas de Jenisbel Acevedo, sin tibiezas, golpean con fuerza y decisión a un contrincante invisible pero presente. Aunque se oyen dos voces en la plática telefónica, hay una tercera que sólo puede ser escuchada por el periodista: la de su yo imprudente, dado a pensar sin analizar y partidario de tener ideas preconcebidas y erróneas.

De pronto Acevedo le propina un puño certero a ese yo, quien cae inmediatamente al suelo. Para el periodista, el puño de la entrevistada es justo y merecido. En últimas, él no tiene ningún derecho a entrometerse en esta conversación y mucho menos atreverse a pensar que ella goza de beneficios y ventajas por pertenecer a una familia tan meritoria para la comunidad latina de Miami.

Sí, ella es la hija del Dr. Jorge Acevedo, fundador de La Colonia Medical Center, pero eso no le resta mérito al camino que ha recorrido con sus propios zapatos. Unos zapatos cuyas suelas están hechas de una determinación férrea y el carácter propio de las matronas legendarias de su natal Cuba.

Nadie, absolutamente nadie, le puede quitar lo bailado y lo ganado: sus estudios en medicina, su labor filantrópica en República Dominicana, la confianza de quienes la siguen en las redes sociales y los triunfos y los fracasos de una historia donde no tiene cabida esa felicidad perfecta que se ha vuelto un mandamiento en estos días.

“Mi transparencia y mi honestidad me han permitido ganarme un lugar en el corazón de la gente. No me interesa mostrarme de cier- ta forma para que me acepten y me quieran. Mantenerte fiel a tus ideales, aunque tengas un apellido y goces de lo material, es lo que te mantiene con los pies en la tierra”,  expresa con un sosiego que no se escucha forzado.

Pese al puñetazo de Acevedo, el yo imprudente del periodista no da su brazo a torcer e intenta derribarla en el cuadrilátero. Le resulta imposible creer en la posibilidad de recorrer el trayecto sin distinciones. Mucho menos en la sociedad moderna, donde todo parece reducirse a exenciones que ahorran el atravesar ese desierto de la lucha propia y la perseverancia.

Jenisbel esquiva el golpe con gracia y le propina un segundo puño certero con la fluidez cautivante de sus palabras. En ese terreno, ella puede regocijarse a sus anchas porque las luces y sombras de su verdad son un poder inquebrantable que le otorga la fuerza necesaria para salir victoriosa.

“Ser hija de quien soy es un orgullo pero también es una responsabilidad. Tienes que forjar tu propio camino y dejar tus propias huellas. Ese fue el ejemplo que me heredaron mis padres ”, dice.

Tambaleándose, el yo imprudente logra mantenerse en pie. En la esquina opuesta del cuadrilátero, ella se muestra orgullosa de quien es y de lo que ha cosechado por sí misma.

Faltan sueños por cumplir y también hay frustraciones, pero eso es lo que la ha dado la valentía para renunciar al podio familiar y dejarle en claro al mundo que ella es Jenisbel Acevedo, la mujer que no está dispuesta a conformarse con ser “la hija de” porque ella es mucho más que un apellido.

Frente a una personalidad tan genuina y poderosa, el periodista no disimula su vergüenza por las impertinencias de ese yo mordaz. Pero al mismo tiempo, está ansioso por adentrarse en los linderos de su historia.

Está convencido de que hoy conocerá a una mujer inteligente y sin máscaras. Una maestra invaluable que tiene mucho por decir y enseñar.

NACIDA PARA SERVIR (LO QUE SE HEREDA, NO SE HURTA)

No hay que ser amigo cercano de Jenisbel Acevedo para intuir, mientras su acento cubano coquetea con la atención de quien la escucha, que ayudar a otros es un pilar fundamental en su construcción diaria como ser humano. Si quien la oye pacientemente afina su visión, podrá observar en sus pupilas a la niña que heredó la generosidad de sus padres, un matrimonio de médicos enamorados de la filantropía y el bienestar colectivo.

“Crecí viendo a mis padres estudiar medicina en Cuba. Recuerdo que cuando llegaban a casa, estudiaban el cuerpo humano y se dedicaban a memorizar los nombres de los huesos. De hecho, visitaba junto a ellos el hospital y me emocionaba cuando ayudaban a los demás. Era algo que traía en mis genes”, recuerda.

Siendo adolescente, ya radicada en la Ciudad del Sol, abrazó con fuerza el servicio social y fue entonces cuando reafirmó que la medicina era su camino.

“A los quince años, empecé a realizar obras comunitarias en el Miami Children´s Hospital. Durante tres años, fui voluntaria y acompañaba a los niños mientras estaban en la sala de espera. Les leía cuentos, dibujábamos y coloreábamos juntos. Fue allí donde rea- firmé mi deseo de servir y me enamoré aún más de la medicina”, agrega.

Es inevitable que el periodista indague si ese amor por lo médico fue una decisión personal o un destino impuesto por sus progenitores.

“Creo que fue una mezcla de las dos. Mis padres tenían el sueño de que siguiera sus pasos, pero fui yo quien decidí ser dico. Ellos jamás me obligaron ni me presionaron para hacerlo”, declara tajante.

EL APELLIDO ABRE LAS PUERTAS PERO JENISBEL HA ENTRADO CON SUS PROPIOS PIES

El yo imprudente aparece de nuevo y vuelve a dibujarse el cuadrilátero donde Acevedo ha demostrado ser una contrincante digna de admirar.

Sagaz, propinando el golpe de manera sutil para derribar a Jenisbel sin darle chance de responderle, ese yo le dice al periodista con un susurro al oído que le pregunte por los beneficios de pertenecer a la familia Acevedo. A decir verdad, ese interrogante no puede obviarse. Es necesario y crucial para romper con ese imaginario del privilegio.

Orgullosa de ella, sin un atisbo de duda en sus labios, sus palabras forman un puño cuya forma se estampa en el intangible pómulo del adversario.

“Definitivamente, el apellido Acevedo me ha abierto las puertas. El trabajo de mi padre en La Colonia Medical Center ha sido una carta de presentación importante para mí. Pero yo he tenido que demostrar mis capacidades, porque si detrás de un apellido no hay una persona inteligente, segura de sí misma y con un mensaje contundente y valioso, se convierte en un obstáculo para ti”, asevera.

Una vez más Jenisbel ha demostrado que está hecha de verdad, tesón y pujanza. Si ese yo o el yo imprudente de cualquier persona pretenden desvalorizar lo que ella se ha ganado digna- mente, se estrellarán de frente con una mujer amante de los desafíos y enemiga de la zona de confort.

“Tienes que aprender a convivir con las percepciones de la gente, porque ellos me asocian a los que mis padres significan para la comunidad latina de Miami. Mi reto diario es exigirme para mantener en alto el legado familiar y a la vez demostrar que yo soy más que la hija del médico Jorge Acevedo. Ha sido un proceso que me ha permitido descubrir mi potencial”.

“Ser hija de quien soy es un orgullo pero también es una responsabilidad. Tienes que forjar tu propio camino y dejar tus propias huellas. Ese fue el ejemplo que me heredaron mis padres”

" Quiero que mis hijos se sientan orgullosos de mí. No es fácil encontrar un balance entre ser esposa y madre, y realizarte profesionalmente"

 LA COLONIA MEDICAL CENTER: EL FRUTO DE UN HOMBRE HUMILDE Y VISIONARIO

Aunque actualmente no ejerce la medicina, Jenisbel Acevedo es un órgano importante dentro del funcionamiento de La Colonia Medical Center, inaugurado en 2010. Es allí donde ella se regocija con el acto de contribuir a la calidad de vida de los adultos mayores que acceden a sus servicios. Hoy, alrededor de 13.000 pacientes son atendidos por los distintos profesionales que forman parte del equipo de los 12 centros médicos, los cuales cuentan con un centro de diagnóstico, centro de bienestar, farmacia, laboratorio, medicina preventiva y servicios de odontología y oftalmología. Este año, se abrirá una nueva sede en Pompano Beach.

A finales de 2023, la meritoria labor del médico Jorge Acevedo fue premia- da con una calle que lleva su nombre en el este de Hialeah. Se hace pertinente que Acevedo viaje a sus memorias para aplaudir el espíritu visionario y aguerrido de su padre, su pilar mayor, el hombre que le enseña a diario el valor de la sencillez y la autenticidad.

“Cuando mi papá tuvo la idea de crear La Colonia Medical Center, tenía en claro que no iba a ser fácil. Recuerdo que en esa época, él tenía que pagar mis estudios y mi abuela lo apoyó para salir adelante. Por eso hoy, él comparte su éxito con su familia y aquellos que le tendieron la mano”, dice. Antes de que el periodista emita su contrapregunta, su amor de hija resplandece y viaja hasta el otro lado del teléfono.

“Admiro su humildad. Nunca se ha creído el que más sabe ni superior a nadie. Siempre dispuesto a aprender de los demás para alcanzar sus propósitos. De él heredé la determinación y la persistencia para alcanzar mis metas”.

LOS INMIGRANTES LATINOS: EL SUEÑO AMERICANO NO GOZA DE UNA SALUD DIGNA

En esta conversación, hay que tocar el tema de la salud de los inmigrantes latinos en este país. Una realidad que afecta a Jenisbel Acevedo como una cubana que conoce de cerca las luchas de quienes dejan su tierra para empezar de cero en los Estados Unidos.

No podemos romantizar la situación de muchos latinos en este país. Hay inmigrantes que están indocumentados y los que no están indocumentados, no ganan lo suficiente para adquirir un se- guro médico”, argumenta.

En el caso concreto de Florida, la aprobación de la ley SB 1718, mejor conocida como “ley antiinmigrante”, cambió radicalmente las condiciones de vida de millones de indocumentados, quienes han tenido que marcharse a otras ciudades para buscar mejores oportunidades y garantizar el sosiego de sus hijos y seres queridos.

“En lo personal, pienso que debe controlarse el tema migratorio. Nadie podría imaginarse la cantidad de gente que me escribe a diario en mis redes sociales para decirme que están des- esperados porque no tienen empleo ni papeles y eso indudablemente se verá reflejado en la ausencia de una salud digna en este país para nuestra gente. Es preocupante y se deben tomar medidas al respecto”. 

ENVEJECER: UNA REALIDAD QUE TRANSITA ENTRE LA VANIDAD Y LA PLENITUD

Al ayudar a su padre en La Colonia Medical Center y conocer tan de cerca el retrato físico y psicológico de la ter- cera edad, Acevedo reflexiona sobre el significado de llegar a ese momento de la vida. “La vejez es una etapa difícil de la vida del ser humano: las enfermedades, el perder tu lozanía y tu vitalidad. Nadie sabe lo que el destino le tiene preparado en el futuro. Es algo que in- quieta y atemoriza. Mi abuela padeció Alzheimer y fue muy fuerte. No quisiera padecer esa enfermedad”, confiesa.

Su respuesta conlleva de inmediato a la formulación de una nueva pregunta, la de ese miedo que todos tenemos a envejecer. Un miedo que se esconde en la excesiva vanidad y la obsesión por los tratamientos cosméticos para alcanzar la eterna juventud.

“A veces me da miedo envejecer y a veces no. En mi caso personal, soy una mujer muy vanidosa. Pero eso pasa a un segundo plano cuando entiendo que soy egoísta al no querer envejecer por una cuestión netamente física y dejo de lado que quiero convertirme en abuela y ver a mis hijos felices”, revela. “Es ahí cuando le pido a Dios que me regale salud y calidad de vida para llegar a vieja con dignidad y gozar a plenitud mi madurez”. Sus palabras se han convertido en un nuevo golpe que derriba al yo imprudente en el cuadrilátero. No toda mujer tiene el coraje de expresar algo así. Pero la personalidad de Acevedo le permite ser honesta con ella misma. Una virtud casi extinta en estos tiempos.

REPÚBLICA DOMINICANA, UNA PATRIA EDUCADORA

En el periplo biográfico de Jenisbel Acevedo, República Dominicana es un territorio especial y amado. Allí se ubica la sede de la Fundación Acevedo, creada por su padre para ayudar a personas de escasos recursos y agradecer a Dios y a la vida por las bendiciones recibidas a lo largo de los años.

Para ella, la isla centroamericana ha sido y es una patria educadora que le ha enseñado el valor de la generosidad y el altruismo sinceros, sin afanes de reconocimiento o notoriedad.

“República Dominicana me ha educado para valorar lo que tengo y ha potenciado mi vocación de servicio. En ese país, la resiliencia y el espíritu de lucha son un poder para sus habitantes”, enuncia. “Gracias a la fundación he podido contribuir a la calidad de vida de niños autistas, mujeres cabeza de familia y personas en condición de vulnerabilidad. Ellos han sido mis maestros de vida. Gracias a ellos, me he convertido en un ser humano útil y valioso”.

"Lo que realmente te empodera es luchar por tus sueños y aceptar tus frustraciones para estar en paz contigo misma. "

EL PRECIO DE FORMAR UNA FAMILIA

Por un momento esa voz femenina, cuyo acento y desparpajo agradan al instante, deja entrever a una mujer sin ninguna intención de mostrarse como la protagonista de un cuento de hadas. Antes de que el yo imprudente in- tente lanzar un nuevo golpe para de- mostrar que su vida ha sido un ensueño sin obstáculos y ganar la pelea, Jenisbel habla sin tapujos de ese precio que muchas mujeres deben pagar por formar una familia: dejar los sueños profesionales en un segundo plano.

Por un momento el periodista se pone en los zapatos de la estudiante de medicina. Ella también tiene derecho a cumplir sus sueños y ser feliz.

“Aunque terminé mi carrera, no he hecho la especialidad porque de- cidí darle prioridad a mi rol de madre. Durante años, me dediqué en cuerpo y alma a estudiar. Hice investigación en medicina del sueño e investigación en pacientes con trastornos metabólicos y era algo que me apasionaba muchísi- mo. Pero cuando decidí ser mamá, dejé mi profesión en segundo plano. Mis hijos me necesitaban”, expone con un dejo de nostalgia.

Es momento de dedicarle unas pa- labras a su madre, su otro pilar irrem- plazable, quien ha tenido que equilibrar la balanza para realizarse en lo perso- nal y lo profesional.

“El ejemplo de mi madre es algo que atesoro enormemente. Ella es mi ejem- plo y mi inspiración para seguir adelan- te. La admiro y la respeto muchísimo”.

FELICIDAD PERFECTA, UNA ENFERMEDAD QUE SE CONTAGIA EN LAS REDES SOCIALES

En Miami, para nadie es un secreto que Jenisbel Acevedo se ha ganado un lugar propio en las redes sociales.

Actualmente, su cuenta de Instagram tiene 85.400 seguidores. Cifra nada despreciable en un universo competitivo donde los números son sinónimo de popularidad y estatus. Pero a la par con los contenidos que publica a diario, analiza el papel de tales contenidos en la salud física y emocional de quienes los consumen. Es así como ha descubierto una enfermedad altamente nociva: la felicidad perfecta.

“La felicidad está siendo asociada la perfección. Si eres madre, tienes que ser una madre capaz de recuperar su fi- gura casi al día siguiente de haber dado a luz. No tienes derecho a tener unos kilos de más. De igual manera, si eres profesional tienes que ser siempre exitosa y si eres bella, siempre debes exhibir un cutis y un cuerpo sin imperfecciones. Es así como vendemos vidas ficticias que no empoderan ni motivan a nadie”.

Consciente de la responsabilidad que implica compartir lo que eres como persona y lo que posees con otros en una foto o en un vídeo, enfatiza en la importancia de vivir el proceso y no envidiar ni imitar lo que se muestra en ese mundo lleno de fantasías e invenciones. “Hay que vivir un día a la vez y no presionarse porque alguien nos enseña una vida aparentemente perfecta en las redes sociales. Es tiempo de normalizar que la realidad que estamos viviendo hoy es la que debemos vivir en este momento de nuestras vidas. Por la salud de nuestra mente y nuestras emociones, debemos hacerlo”.

MUJER EMPODERADA, UN CONCEPTO VESTIDO DE FALACIAS

Crítica y reflexiva, cuestiona sin re- paros ese empoderamiento femenino medido cuantitativamente en Facebook, Twitter e Instagram.

Número de personas que hacen merecedora a una mujer de promocionar marcas y productos reconocidos. Mujer que exhibe un ideal materialista y muy lejano a las realidades realmente poderosas de otras congéneres.

“Nos venden a diario la idea de que la mujer empoderada es aquella que tiene millones de seguidores y se muestra siempre feliz en sus redes sociales. Eso es mentira. Lo que realmente te empodera es luchar por tus sueños y aceptar tus frustraciones para estar en paz contigo misma. A mí me ha costa- do llegar donde estoy y ha sido difícil. En ningún momento, voy a vender una vida ficticia y llena de falsedades”, manifiesta con una seriedad pasmosa.

El yo imprudente cae nuevamente al suelo. La respuesta de Acevedo le propina un nuevo golpe, decisivo y atinado. Es casi imposible que pueda ganar una pelea insulsa en todos los sentidos. Jenisbel ha dejado en claro quien es.

LA RESPUESTA DE LA VICTORIA

Se escucha un agradecimiento sincero y cálido. Es momento de terminar la conversación. La entrevista, convertida en una interesante pelea boxística, ha demostrado con creces que quien ha hablado no es la hija del médico Jorge Acevedo sino una mujer de verdad, sin ínfulas ni pretensiones. Una mujer capaz de ser sincera consigo misma.

Pero el yo imprudente del periodis- ta ha decidido lanzar un último golpe para demostrar que su vida ha sido producto del privilegio.

Justo ahí, ella concluye con la res- puesta más cruda y reveladora del diálogo: “No negaré que algunas veces lloro por esos sueños que he dejado a

un lado. Quiero que mis hijos se sientan orgullosos de mí. No es fácil encontrar un balance entre ser esposa y madre, y realizarte profesionalmente. Formar una familia, conlleva un precio. Pero sé que lo voy a lograr y ejerceré como médico”. Frente a una confesión de esta índole, la victoria es irrefutable. Ese yo imprudente, el mismo yo que habla en las mentes de quienes piensan que Jenisbel Acevedo lo ha tenido todo fácil, ha sido derrotado.

Y si alguien aún tiene dudas de la perseverancia y el tesón de la cubana, puede rastrear las huellas de su camino.

Un camino donde no existe el privilegio.

"A mí me ha costado llegar donde estoy y ha sido difícil. En ningún momento, voy a vender una vida ficticia y llena de falsedades”

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